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segundos. 8766 horas. 12 meses. 1 año.
Y yo en cambio sólo recuerdo París, Malta, Montblanc, el laberinto de Horta, Roc de Sant
Gaietà, Hotel Claris, Hotel W y Barcelona.
De echo lo que más recuerdo son las risas en la cena por tus 29 cumpleaños, tu cara al ver los dioramas, los nervios e inseguridad en tu voz al
primer “Te quiero”, nuestros pulsos de pulgar, los reencuentros en el ascensor,
los viajes de abrazos en el metro, los primeros ceviches, nuestros bailes, Sant
Jordi, tus caídas patinando sobre hielo, tus siestas en mi coche,
nuestras conversaciones, y en definitiva, los momentos.
Personalmente
odio las fechas, los símbolos y los compromisos porque no veo realidad ni
sensibilidad en ellos. Para mí están llenos de producto y son sintéticos pero aún y así las fechas como hoy son momentos de reencuentros y de calma. De poder
estar a tu lado y de volver y volver a llenar esa gran caja de recuerdos.
No quiero que el
tiempo sean las cadenas o las marcas de nuestro destino sino que espero que el
tiempo sea algo tan superfluo y efímero que casi no
nos demos cuenta que aún sigue pasando.
Que en vez de
horas haya un “Te acuerdas de…”, que en vez de
días haya un “Me gustas cuando…” y que en vez
de años haya siempre un te quiero.
