martes, 12 de septiembre de 2017

NOCHE

"Miro el escenario que tengo delante. En él existe multitud de gente en movimiento. La gente se mueve en pareja al ritmo de música latina y se respira complicidad y ligereza. Me gusta observar ese ambiente. Es relajado y sin ningún tipo de interés oculto. Y sólo observo. Y te comento lo que veo porque tu también lo ves. Estamos mirando desde arriba y nosotros nos sentimos pequeños. Te hablo sobre el baile, tu me hablas sobre las personas. Creo que nos entendemos. Me surge la idea de buscar un amante. Tu sabes a lo que yo me refiero. Y me entiendes. Puedes oírme.
Mi fiel amigo me sonríe y yo se a que se esta refiriendo. Estás ahí.

Estás ahí, y me surge la idea de besarte pero no lo hago. Si dudo prefiero quedarme quieta. Pero tu me besas delicadamente y me dejo llevar por ti. Me llevas de un lado al otro, me paseas, me giras, me frenas y haces que me acaricie mi pelo a través del cuello. Y finalmente me sonríes mientras acaba la canción. Fuimos uno y ahora volvemos a ser dos mientras nos alejamos a buscar a otra persona. Pero seguidamente te busco porque la canción es bonita y lenta y quiero sentirte cerca, quiero pensar que volveremos a ser uno. Y siento que fuimos en ese preciso instante un cuerpo que se movía solo. Que fluía sin leyes, sin límites, sin trampas, pero con control y elegancia.
 
Nos vamos y yo me siento que sigo bailando a cada paso que doy. Alguien me da cuerda y me sigue. Durante la cena nos reímos y el ambiente es relajado. Todos parecemos ir al mismo ritmo. Y durante la vuelta me siento a tu lado y se me mezclan los sentidos. Y entonces se para el coche y estoy en casa. Intento dormir pero sigo dando vueltas, me falta algo."